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viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Consideras que la restauración familiar celular en el señor te lleva a la unidad y la excelencia?

Una hermosa herramienta de unidad

“Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá” (Mateo 12:25)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 18:20; Marcos 1:29-34

Lo que las familias de hoy necesitan con urgencia es fortalecer la verdadera unidad, acrecentar un genuino calor de hogar, generando un ambiente propicio para la comunión unos con otros. Para esto, con base en mi propia experiencia, quiero plantearles una maravillosa herramienta a través de la cual se establece con más fuerza la unidad familiar, se tratan los problemas que afectan a sus miembros y se buscan soluciones adecuadas, se liman asperezas y se le cierra la puerta al egoísmo y al individualismo. Además, se restaura la autoridad del varón como cabeza del hogar y esto hace que pueda dirigir la familia con criterio y seguridad, pues cuenta ahora con el respaldo de su esposa e hijos.

Pero el mayor beneficio que ofrece esta herramienta, es permitir que los miembros de la familia, especialmente los hijos, aprendan a confiar en Dios, a entender que sólo Él puede suplir cada una de sus necesidades, pues Él es nuestro verdadero Papá. Se trata de la Célula de Desarrollo Familiar.

La Célula de Desarrollo Familiar, es un encuentro de la familia con Jesús, el Príncipe de Paz; una reunión que se hace con toda la familia, donde los miembros se juntan para dialogar sobre sus vivencias, necesidades, problemas e intereses comunes, bajo la dirección del jefe del hogar, dejando que Dios intervenga en todos los asuntos familiares.

Es muy importante que este encuentro vital y renovador, se realice con frecuencia, mínimo una vez por semana, en el día y hora elegidos por la familia. Les recomiendo que este tiempo sea dirigido por el padre, como cabeza de la familia, o en su ausencia, lo debe hacer la madre o un hermano mayor. En cuanto al ambiente, debe ser propicio para la integración familiar, debe ser abierto a todo tipo de intervención y diálogo, y en el que cada miembro de la familia se pueda expresar con libertad. Debe permitirse que el Espíritu Santo sane toda herida y desacuerdo, para que, de esta manera, se restablezca la comunicación y cada miembro pueda crecer en el amor y en el conocimiento de Dios.

Un procedimiento sencillo puede ser: Oración, Palabra de Dios, reflexión con participación de todos, interacción y aplicaciones personales y familiares, oración de acción de gracias y oración los unos por los otros.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, gracias por cuidar de mi familia, enseñándome esta hermosa herramienta de unidad. Dame la sabiduría para aplicarla y el amor para perseverar en ella, hasta ver mi casa totalmente restaurada, unida y feliz”.
Lolita Cruz de Chamorro.

jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Te consideras siervo hijo o siervo esclavo?

Hijos, herederos

«Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo» (Gálatas 4:7)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Romanos 8:14-21; Gálata 4:3-7

En el capítulo 15 del evangelio de Lucas, la Biblia nos relata la historia de un hombre que tenía dos hijos: uno de ellos, el menor pidió su herencia, se fue lejos y la malgastó; luego regresó con las manos vacías a su casa.

El recibimiento que le hace su padre es verdaderamente conmovedor: le abraza, le besa, le hace vestir con hermosos trajes, le coloca su anillo y prepara para el una gran fiesta.

Nos cuenta la Biblia, que tan pronto éste llegó a la casa, el hermano mayor, el que siempre había estado al lado del padre, se enteró de lo ocurrido y se enojó, tanto, que se salió de la casa, aunque su padre le rogaba que no lo hiciera. Y, entonces manifestó la causa de su enojo: durante años había estado al lado de su padre, trabajando para él y nunca había tenido semejantes atenciones. El padre, entonces, responde con sabiduría: «Hijo tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas» (Lucas 15:31).

Cuántas veces nos ha sucedido, que aunque Dios nos llama hijos no nos sentimos así. Cuántos cristianos hay que aunque siendo libres actúan como esclavos, sirviendo a Dios por conveniencia, por temor, o por que no tienen otra alternativa, llenos de amargura y frustración.

Permita que esta verdad revelada: «Ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”, penetre hoy hasta lo más profundo de su ser, y destruya toda barrera que se haya levantado entre Dios y usted.

Abandónese en sus brazos paternales, y decida comenzar a disfrutar la provisión de amor, y de paz, que Él tiene para usted en calidad de auténtico heredero.

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre Celestial, quiero darte gracias porque hoy entiendo mi nueva posición de hijo, llévame a cada vez experimentar más la realidad de quien ahora soy, para dejar aquellas actitudes que esclavizaban mi vida. Que pueda disfrutar tu Paternidad, amor y todas las bendiciones que tengo como tu heredero. Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿La Paz y el Amor son las bases para una vida plena en comunidad?

La paz y el amor

«Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, por que vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros». (1 Tesalonicenses 4:9)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Romanos 12:9-21

Pablo consideraba que los cristianos de Tesalónica ya habían aprendido el amor fraternal y lo disfrutaban, pues su encuentro con el mensaje de Jesucristo había transformado tanto sus vidas, que llegaron a ser imitadores «suyos y del Señor» (1 Tesalonicenses 1:6).

Habían dejado sus ídolos, para convertirse al Dios vivo y verdadero, y para servirle; Él realizaba un verdadero ministerio de fe, de constancia y de amor, a través de ellos. Estos hombres habían experimentado suficientemente el amor de Cristo a través de la vida de Pablo.

Dios les había enseñado que de la misma manera como su amor, su ternura y su misericordia se habían derramado sobre ellos, debían hacerlo con todos los hombres. Sin embargo, aunque los Tesalonicenses practicaban el amor fraternal, Pablo los motiva y exhorta a cultivarlo y a abundar en ello cada día más; sólo así esta iglesia crecería y se fortalecería, otros serían ganados para Cristo, y la ciudad sería bendecida y prosperada.

En un mundo convulsionado, los cristianos estamos llamados a gestar la paz, y esa paz se inicia haciendo práctica la enseñanza de Jesús: «Esto os mando: Que os améis unos a otros». (Juan 15:17). El mundo necesita una paz basada en el amor y no en tratados, y somos usted y yo los llamados a ofrecerlo. Decida amar en este día; decida actuar como actúa Dios, como actuó Jesús.

Comience por su propia familia. Decida amarlos de la misma manera que Dios le ama a usted: con entrega, con fidelidad, con misericordia, sin condiciones, sin límites. Ese amor perfumará su hogar, lo impregnará de gozo, le proporcionará estabilidad y firmeza, lo mantendrá ileso ante las adversidades, y se propagará hasta su barrio y su ciudad, generando vida y paz.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, qué maravilloso ha sido para mi encontrarme con tu sobrenatural amor, por esto te pido que me permitas amar de la misma manera a todos los que están a mi alrededor. Reconozco que Tú eres la fuente inagotable de amor. Conviérteme en un instrumento de amor para los demás, que yo sea un digno representante tuyo aquí en la tierra. Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Dios es nuestra única confianza?

Una verdadera confianza

«Bienaventurados todos los que en Él confían.» (Salmo 2:12b)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 119:97-112; Lamentaciones 3:22-26.

Cuando miramos a una persona, adquirimos la percepción de ella, basada en los sentimientos y las impresiones; se hace necesario entablar una relación de comunicación, si queremos conocerla de verdad; cuánto más diálogo y relación tengamos con la persona, tanto más será la influencia que ésta ejerza sobre nuestra vida. Igualmente sucede con Dios y su Palabra; es imposible comprobar la salud y la libertad que Dios nos transmite a través de su Palabra, sin una relación creciente con ella.

Cuando nos entregamos a Dios, Él nos conduce en sus brazos de amor, a través de su Palabra, hacia el equilibrio en las tres áreas del ser humano: espíritu, alma y cuerpo. El Dios cercano, el que nos hizo y formó, sale a nuestro encuentro cada día, con un ofrecimiento ilimitado de Gracia, como regalo de amor. Esto significa que podemos depositar en Él: victorias, derrotas, alegrías y tristezas, fracasos y éxitos ¡Hemos encontrado lo que buscamos!

Bienaventurados los que ponemos nuestra confianza en el Creador, y aplicamos en nuestra vida su Palabra, pues esta nos ajusta de tal manera que avanzamos felices; con una mente sana, emociones controladas y voluntad firme al servicio de objetivos claros y definidos. La Biblia tuvo su origen en la mente de Dios, y es a través de ella como deben ser formados nuestros pensamientos, reguladas nuestras emociones y moldeada nuestra voluntad.

Para comprender mejor lo anterior, es necesario recordar que nuestro Padre Dios es fiel. Él es digno de nuestra fe y confianza, guarda su Pacto y sus promesas, cumple su Palabra; Él no cambia, es inmutable. En una sociedad donde la infidelidad es común, las personas se desarrollan en un ambiente de desconfianza y temor. Sólo los que confían en Dios, pueden descansar en Él, porque, «Su fidelidad es incomparable». Aunque nosotros seamos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo. De ahí que podemos descansar, no permitir que la ansiedad, el temor y el pesimismo nos dominen. Comprender la fidelidad de Dios, debe conmover nuestro corazón, ya que sin merecerlo, siempre contamos con su amor, su provisión y su cuidado.

¿Dónde encontraremos otro amor semejante al suyo?

HABLEMOS CON DIOS

“Amado Padre, hoy quiero deleitarme en Ti, en tu Presencia, pues es allí donde me sustentas, me sanas, me fortaleces, me haces libre de esquemas y paradigmas que me esclavizan y me llenas de tu amor incondicional. Padre amado, qué bueno es saber que no hay nadie como Tú, que a pesar de nuestra infidelidad, Tú permaneces fiel. Gracias porque no dejas de amarme, nunca cambias. Sólo te pido me lleves a no ser más indiferente a tan precioso regalo. Tomo hoy la decisión de seguirte con todo el corazón, de amarte con todas las fuerzas y nunca mirar atrás. Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

lunes, 26 de diciembre de 2011

¿La unidad en Dios hace la perfección?

Perfectos en unidad

“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:22,23)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Juan 17:21-23, Efesios 4:13

La unidad es el fundamento de la paz, la base y condición necesaria para todo progreso y desarrollo humano.

El ser humano siempre ha buscado la unidad y la paz, en situaciones externas, pero no en su corazón. Ha desconocido a lo largo de su existencia sobre la tierra, que la paz social se produce cuando los corazones de los seres humanos se encuentran reconciliados y esto sólo puede suceder, cuando se da paso al amor sanador, perdonador y restaurador de Dios.

Lo primero que tiene que suceder es que nos reconciliemos con Dios, para luego vivir en unidad con Él, en una verdadera comunión que nos transforma y renueva cada día. Es allí donde obtenemos la fuerza y el poder necesario para vivir produciendo bendición a todo lo que tocamos y a todo lo que nos rodea. Tomemos ejemplo del mismo Señor Jesucristo, la vida más fructífera, productiva e impactante jamás vivida. Su prioridad era alzar sus ojos al cielo cada día, pues es de arriba que viene el poder para ser felices y hacer el bien, el amor inspirador que nos motiva a dedicarnos a los propósitos divinos.

Jesucristo siempre tuvo su mirada dirigida a los cielos. Buscaba a su Padre para ser uno con Él y esta unidad le traía descanso, aliento, una renovada fuerza cada vez. Era también en esa unidad perfecta, donde el Padre se glorificaba y complacía al Hijo a causa de su obediencia perfecta, y donde el Hijo disfrutaba a plenitud el respaldo incondicional y el amor perfecto de su Padre celestial.

Con toda certeza puedo afirmar, que la obediencia del Hijo era respuesta al profundo amor que experimentaba cada día en esta dulce unidad. ¿El resultado? La cruz. Esa cruz que nos ha librado del poder del pecado, para que podamos disfrutar como Él, la unidad perfecta que nos trae la verdadera y definitiva paz.

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre amado, hoy vuelvo mis ojos al cielo y quiero mantenerme así, experimentando tu perfecto amor que me inspira y me da fuerzas para perdonar, para amar, y vivir en completa paz”.
Lolita Cruz de Chamorro.

sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Jesús es la Navidad o la Navidad hace nacer a Jesús?

Celebrando la navidad

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Isaías 9:6)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Isaías 7:14; Lucas 2:8-14

El profeta Isaías utilizó cinco nombres únicos para referirse al Mesías que vendría:
* «Admirable»: lo que significa que sería excepcional, sublime y real
* «Consejero»: por cuanto sus consejos son los únicos perfectos y adecuados
* «Dios Fuerte»: firme, incomparable
* «Padre Eterno»: sin límites de ninguna clase
* «Príncipe de Paz»: su gobierno es de justicia y de paz.

«Ese es nuestro Padre Celestial». Este mensaje se cumplió hace más de 2000 años. Jesús vino y nació aquí en la tierra para liberarnos de la esclavitud de la muerte y del pecado. En un momento, cuando la oscuridad se apoderó del mundo, Dios prometió enviar una luz que brillaría en cualquier persona que viviera en sombra de muerte. Por esta razón, ya no hay motivo para vivir en esclavitud. Podemos comenzar una nueva vida, permitiendo que el Mesías nazca hoy en el pesebre de nuestro corazón.

¿Conoce usted el verdadero sentido de la navidad? Parece que la mente se centrara en la creencia tradicional: Jesús en un pesebre, en medio de la pobreza y la soledad.

Celebrar la Navidad es mucho más que la representación de un pesebre o de unos villancicos; es recordar el nacimiento de Jesús, Aquél que después entregaría la vida en rescate por la nuestra.

Jesús está vivo en nuestro corazón, vino a nosotros a través de una oración voluntaria y espontánea, y nos llenó de paz, gozo y seguridad. Si usted no le ha recibido en su corazón, puede invitarle hoy a morar en su vida, así podrá conocer el verdadero sentido de la navidad.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, cuán agradecido estoy contigo por el milagro de amor más grande en la vida de todos los seres humanos, como lo es el nacimiento de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Te pido que en esta época pueda experimentar verdaderamente la Navidad, al decirte ¡Ven a mi vida! y de esta manera disfrutar de la luz, la paz, la reconciliación y la bendición que traes a mi vida, a mi familia y a mi país. Amén”

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿La navidad es festejo o un regalo de salvación?

Un gran anuncio

“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lucas 1: 31-33)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Lucas 1: 26-38

Debemos celebrar la Navidad con una actitud de expectativa, alegría y gratitud, pues ella constituye la mejor noticia, las buenas nuevas, el acontecimiento más importante para el mundo entero, el más grande mensaje de gozo y esperanza que puede recibir el corazón humano y la creación entera: El nacimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

La Navidad es el cumplimiento del plan de salvación, y por tanto, el cumplimiento de todas las promesas hechas por Dios para la humanidad. El hombre había caído, se había separado de Dios, pero Él había prometido rescatarlo. Él daría un Salvador, el cual no podía ser otro que Él mismo. Envía entonces a su Hijo, dándonos la mayor prueba de su perfecto y completo amor. (Lucas. 1:32-33, Juan 3:16).

Celebrar la navidad es disfrutar de ese maravilloso e incomparable amor, que nos lleva a vivir de una manera digna, libre, próspera y feliz. Además, celebrar la Navidad es enriquecernos con las preciosas lecciones de fe, amor, obediencia y entrega incondicional a Dios, que nos han dejado sus protagonistas y de esta manera, asumir actitudes y tomar decisiones que nos lleven a nosotros también, a vivir para un propósito trascendental y eterno.

Muchos escuchan con incredulidad el mensaje de la Salvación, pues no comprenden cómo Dios puede hacer algo tan maravilloso y darnos un regalo tan inmerecido. No entendemos cómo Dios puede cambiar nuestra vida, hacernos personas nuevas, restaurar nuestro hogar, hacer que nuestros hijos vuelvan a casa, sanarnos de una grave enfermedad, solucionar una grave crisis económica. Pero el mensaje de Navidad revelado primeramente a María, fue un mensaje de poder y de victoria: Nada hay imposible para Dios. Él tiene todas las cosas bajo control, Él puede hacer florecer el desierto, nada le resulta difícil. María lo creyó y no dudó, así que vio el extraordinario milagro de la vida divina brotando en su vientre. Por su fe, llegó a ser el instrumento usado por Dios para sus planes divinos. (Lucas. 1:34-37)

Ante este mensaje, todo ser humano tiene que dar una respuesta. Es tan claro, tan contundente, tan definitivo, que nadie puede ser indiferente a él. En el caso de María, encontramos un corazón totalmente sensible a la voz de Dios. Ella escucha con atención, sin anticipar una respuesta hasta no saber todo lo que Dios tiene que decirle. No se previene, no se siente intimidada. Permite que Dios disipe sus dudas y quite todos los temores. Percibe el gran privilegio que Dios le está dando, y por el corazón tierno y amoroso que ha cultivado para con Dios, al igual que el conocimiento de las escrituras, entonces puede dar una respuesta correcta. No sólo esta respuesta le concede su propia salvación sino la convierte en instrumento de salvación para el mundo. (Lucas. 1:38)

¿Qué respuesta tiene usted, ante el mensaje de la salvación?

HABLEMOS CON DIOS

“Señor Jesús, yo creo en Ti como el más grande regalo para mi vida. Te reconozco como mi Señor y Salvador. Creo que por tu muerte en la cruz me has reconciliado con el Padre y que tienes para mí una vida nueva. Te declaro el Dueño y Señor de mi vida para siempre. Amén”.

jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Es Jesús el Mesías esperado o debemos esperar otro?

Un mensaje de esperanza
«Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta» (Mateo 2:5)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Miqueas 5:2-4; Mateo 2:1-12; Lucas 2:1-20

Es sorprendente... los seres humanos perdemos grandes oportunidades de conocer a Dios y disfrutar su trato de amor y su bendición. Los sabios de la época de Jesús, los estudiosos de las Escrituras y, supuestamente, conocedores de las profecías, estaban presenciando el más extraordinario evento de la historia de la humanidad; la llegada del tan esperado Mesías.

Ante sus ojos se estaba dando cumplimiento a gran cantidad de profecías que durante años habían mantenido la fe y la esperanza del pueblo judío. Sin embargo, no fueron diligentes para indagar y comprobar si ese niño de Belén, que había ocasionado el viaje de unos reyes sabios desde países muy lejanos, nacido en el lugar y en las condiciones anunciadas por las profecías, podría tratarse del Mesías anhelado.

Descartaron de inmediato dicha posibilidad, aunque las evidencias señalaban que la profecía se había cumplido. Perdieron la maravillosa oportunidad de contemplar con sus propios ojos al hijo de Dios y extasiarse en la belleza del Salvador del mundo.

Por el contrario, los magos, hombres sabios y de gran riqueza y poder político, atentos a las señales del cumplimiento de las profecías, entendieron al ver la señal, que el tiempo había llegado. Ellos no podían perder semejante suceso. Superando incomodidades, tiempo y obstáculos, viajaron desde países muy lejanos para contemplar con sus propios ojos el milagro de amor más grande que la humanidad hubiera visto jamás.

¡Que bendición tan grande, contemplar el rostro de Jesús, rendirse delante de Él, entregándole los más preciados tesoros!

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre bueno, cuántas gracias yo te doy porque no merecía el regalo de tu amor, pero en Jesucristo, lo puedo tener y disfrutar. Qué grato saber que Tú realizaste este plan de salvación para todos los seres humanos, que no te importó entregar lo mejor de Ti para nuestra salvación. Por eso, que sea yo un instrumento fiel para que tu Espíritu siga tocando los corazones de aquellos que no te conocen. Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Dios nos enseña a ser vencedores...?

Aprendiendo el secreto de los vencedores
«Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso;...» (Job 8:5)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 119:57-72

He aquí el secreto de los vencedores; no es la fuerza, ni el poder, no es dinero, ni la belleza. La victoria consiste sólo en buscar a Dios; en tener la suficiente humildad, valentía y sabiduría para reconocer que por nosotros mismos nada podemos hacer.

No se trata de desconfiar de sí mismo, sino de entender que el hombre ha sido diseñado por Dios para depender de Él, cual lámpara que necesita conectarse a la fuente de energía para poder alumbrar y cumplir el verdadero propósito para la cual fue diseñada, porque de lo contrario, sólo será un simple adorno.

Cuando nuestra vida está conectada a la fuente de la vida que es Dios, se pone en funcionamiento todo nuestro potencial, se armonizan y sanan todas las áreas de nuestro ser, y en consecuencia, nos convertimos en antorchas capaces de comunicar calor a nuestro alrededor, y luz, para que otros encuentren el camino hacia la verdadera felicidad. «Si tu de mañana buscares a Dios, y rogares al todopoderoso, si fueres limpio y recto, ciertamente se despertara por ti, y hará prosperar la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande». (Job 8:5-7)

No importa la situación que esté viviendo hoy. Por difícil que sea, si decide buscar a Dios como prioridad máxima y vivir en integridad, Él va a levantarse con todo su poder para venir a su encuentro y cambiar aun las más duras situaciones por grandes oportunidades para bendecirle y prosperarle. Confíe en el Dios de amor que tiene el control de todo y cuida permanentemente de usted.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, hoy te ruego que me enseñes el secreto de los vencedores. Que pueda entender que sólo los que vuelven sus ojos a Ti, están destinados a lograr el éxito en su vida. Permite que cada mañana me acerque a Ti, para que guíes mis pasos y así pueda vivir bajo el amparo y dirección de tu Espíritu. Amén”.
Autor: Lolita Cruz de Chamorro.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Crees que la busqueda de Dios te hace estar protegido?

Una genuina búsqueda de Dios
«Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma.» (2 Crónicas 15:12)

PASAJE COMPLEMENTARIO: 2 Crónicas 15: 1-12; 34:31-33

La genuina búsqueda de Dios implica entrar en comunión con Él, disfrutar de su presencia, su amor y de su misericordia. Grandes hombres de Dios; como Josafat, David, Daniel y otros, ganaron sus batallas espirituales con las armas infalibles: la oración y el ayuno.

El hombre fue diseñado para depender de Dios, su formador. Cuando no lo hace, buscará «algo» o «alguien» a quien aferrarse, que le inspire seguridad y fuerza para vivir.

Fuimos diseñados para tener comunión con Dios, como Padre y dueño de nuestras vidas, nuestra alma nunca encontrará reposo fuera de su Presencia, pues allí, es donde son suplidas nuestras más grandes necesidades.

Dios ya tomó la iniciativa de buscarnos, abrió el camino para que lleguemos a Él, ahora, somos nosotros los que debemos tomar la decisión de buscarlo, independiente de cualquier circunstancia, sabiendo que cuando lo hacemos de todo corazón, Él nos sale al encuentro para hacernos bien.

Comprométase con Dios, y las cosas se darán de una manera extraordinaria. Los beneficios de buscar a Dios son grandes:

* Disfrutaremos de paz y protección en medio de una sociedad convulsionada. (2 Crónicas 15:5-7).

* Cobraremos fortaleza y ánimo. Su búsqueda nos permite estar siempre llenos de entusiasmo. (2 Crónicas 15:8).

* Se «repara el altar de nuestro corazón»; no tendremos ídolos, siempre daremos a Él, el primer lugar. (2 Crónicas 15:8).

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, hoy entiendo que necesito de Ti, que cada día debo buscarte como preferente asunto de mi alegría. Llévame a convertirme en una persona que utilice las armas que hicieron tan especiales a aquellos hombres de la Biblia. Te pido que la oración y el ayuno sean en mí vivir, las herramientas a través de las cuales veo tu gloria y tu poder. Amén”

martes, 13 de diciembre de 2011

¿Entiendes que es ser un mayordomo para Dios?

La recompensa del mayordomo fiel
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá” (Mateo 24:45-47)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 6:33; Lucas 18:28-30

Durante ya mucho tiempo, alejado de Dios y llevado por el afán de este siglo, y el engaño de las riquezas, el hombre se ha valido de la misma creación de Dios para sus propios deseos e intereses, utilizándola con fines para los cuales no había sido creada, produciendo un desajuste de grandes proporciones. Y todo esto se ha producido como consecuencia de una actitud equivocada en el mismo hombre con respecto a la creación: La de hacerse y creerse dueño y amo de ésta, tal como lo expresa el profeta Isaías: “Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno” (Isaías 24:5)

Por su parte, Dios, en su infinita misericordia, nos permitió participar de la creación, haciéndonos mayordomos y administradores de lo que es suyo. Comprender esto debe llevar a todo hijo de Dios a cultivar una actitud de pleno reconocimiento de la grandeza de nuestro Creador, a fin de ser y hacer todo, para alabanza de su nombre; esto quiere decir, dejar que a través de nuestra vida y de todo nuestros actos, brille la luz de Cristo al mundo, resplandeciendo en medio de las tinieblas, con el fin de que todos los hombres y mujeres puedan reconocer que Cristo vive, venir a su Presencia y encontrar la salud y vida abundante que tanto necesitan, y que sólo Él nos puede dar.

Ser un mayordomo fiel, implica cultivar unas características que son desarrolladas a través de un proceso de obediencia, siendo moldeados conforme al carácter de Cristo. Pero también representa participar de enormes e incalculables bendiciones como el que Dios nos escoja para darnos cada vez mayores responsabilidades y privilegios. Algunas de estas características son: Fidelidad, integridad, responsabilidad, humildad, productividad, creatividad, obediencia y vida integralmente próspera.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre bueno, sé que me has creado con un propósito trascendental en la vida, y es que comunique al mundo tu gloria. Te pido humildemente que hagas de mí un canal a través del cual tu luz alumbre delante de cada ser humano, para que vean tus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos. Sé que esto implica ser tratado, formado, pulido y moldeado por tu Santo Espíritu, y me pongo en tus manos confiadamente para que cumplas tu buena voluntad y los planes que desde siempre has preparado para mí”

lunes, 12 de diciembre de 2011

"INVITAMOS A TODOS NUESTROS AMIGOS Y CONOCIDOS AL CUMPLEAÑOS DEL SEÑOR JESÚS ESTE 18 DE DICIEMBRE"

¿Crees que obedecer a Dios con fe nos hace ir bien en todo?

Pacto de bendición eterna
“E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová” (Génesis 7:5)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 4:18-22; 9:9-13

Cuando hemos recibido a Jesucristo como Señor de nuestras vidas también asumimos un compromiso, un reto: desarrollar una vida de fe, llena de entusiasmo y optimismo, especialmente porque sabemos que ya no vamos solos por la vida, sino que vamos llevados de la mano de Dios.

En cierta ocasión un grupo de excursionistas se adentraron en la selva amazónica, e iban acompañados de un guía que los conduciría por el camino, hasta su destino; para sorpresa de los excursionistas, no había camino, solo una inmensa selva. Al darse cuenta ellos, que no había un camino o trocha, sino espesa selva virgen, le preguntaron al guía, ¿Dónde está el camino? Y el les respondió: “Yo soy el camino”. La seguridad de ellos, estaba en quien los guiaba.

Y así sucede en la vida de fe, así no veamos el camino o no conozcamos el camino, la confianza reposa en saber con quien vamos. Esto nos recuerda a Abraham, dice la escritura: “Por la fe Abraham, siendo llamado obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Hebreos 11:8). Observemos que Abraham no sabía con precisión hacia donde iba, pero si sabía Quien lo llamaba, y que Aquel que lo llamaba, era fiel para cumplir todo aquello que le había prometido.

No sucede así con aquellas personas que dependen de sí mismos, y que no son guiados por Dios, estas personas caen fácilmente en el temor, la incertidumbre, no saben qué puede llegar a suceder.

Otro caso que encontramos en la Biblia es el de Noé, dice la escritura acerca de este hombre: “Por la fe, Noé cuando fue advertido por Dios de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca para que su familia se salvase; y por esa fe, condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7).

Así encontramos otra bendición de la cual gozamos los hijos de Dios, y es que Dios nos da VISIÓN DE FUTURO, Él nos muestra, nos revela, nos enseña escenarios futuros, así como sueños, que en sociedad con Él podemos construir.

Los sueños y las visiones provienen de Dios, y Él está interesado en conducirnos por el camino de la vida, como dice el Señor Jesús: “quien me sigue no andará en tinieblas”. Seguir a Jesús nos permite andar en la luz.

HABLEMOS CON DIOS:

“Amado Señor: Qué gran seguridad me produce el saber que siempre vas a estar conmigo. Hoy te ruego que me llenes todos los días con el Espíritu Santo y pueda oír tus instrucciones para obedecerlas porque sé que así, en todo me irá bien. Gracias Señor”.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Piensas que los padres espirituales son molde modelo y ejemplo?

Un llamado a ser padres
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos” (1 Tesalonicenses 2:7)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Génesis 17:5, Tito 1:1-9

Un padre espiritual es aquel que se coloca como ejemplo y lleva a sus hijos a recorrer el camino que él ya conoce. Uno de los hombres que más claramente nos muestra el perfil de lo que es ser un “padre espiritual”, es el apóstol Pablo. A pesar de haber sido un hombre implacable y rudo antes de conocer el amor de Dios, se convierte en un excelente comunicador de la “paternidad de Dios”, acercando a sus hijos espirituales a Dios como Papá. Esto lo vemos claramente en el trato que brindó a Timoteo y a Tito, el cual podemos conocer a fondo, a través de sus cartas:

- Sus discípulos eran verdaderos hijos en la fe. Así los veía, así los trataba y estaba dispuesto a dar su vida por ellos, inspirando sus corazones a hacer lo mismo

- Los amaba profundamente, con ternura, instrucción y disciplina. Este tipo de amor que se recibe y se transmite de Dios mismo, desafía al discípulo a mantener a Cristo en el centro de su vida y disfrutar así de la paternidad de Dios

- El trato a nuestros discípulos como hijos, genera unidad y hace que disfruten más de la familia espiritual que Dios les ha dado

- Estamos completamente seguros, que si nos entregamos a nuestros hijos en la fe con la actitud de Pablo, Dios se ocupará de nosotros.

Cumplir el rol de padre o madre espiritual no es “usurpar” el papel del padre o madre físico, se trata más bien de introducir el modelo paternal de la Biblia, a fin de renovar la imagen paternal de Dios.

Fruto de experimentar la paternidad de Dios, brindamos a nuestros hijos espirituales toda la ternura y la seguridad que necesitan para crecer y madurar espiritualmente, hasta “ser” y “hacer” lo que Dios Padre ha diseñado para ellos. Por lo tanto, el padre espiritual le entrega cuentas a Dios, y pasa el examen cuando ve volar bien alto a su “hijo”, hacia la plenitud de la unción del Espíritu Santo, cuando le ve crecer y hacer lo mismo por otros.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre bueno, qué alegría ser tu hijo y saber ahora que tengo una gran responsabilidad de dar a conocer tu paternidad. Úngeme con tu Santo Espíritu y capacítame para esta noble y trascendental tarea. Que comience con los míos, mi propia familia y luego, con cada persona a mi alrededor que Tú me delegues”

jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Consideras que recibiendo al Espiritu Santo tu vida sera transformada?


Poder de lo alto
“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré mi Espíritu, y profetizarán” (Joel 2:28-29)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Isaías 59:21; Hechos 2:1-47, 19: 1-7

Esta extraordinaria promesa que había anunciado siglos atrás, el profeta Joel, tenía lugar en Jerusalén, días después de la ascensión del Señor Jesucristo a los cielos, en el contexto de la obediencia de los discípulos, al reunirse en el Aposento Alto, a orar y a rogar, en unidad de espíritu, por ese Consolador prometido.

El relato bíblico nos cuenta que algo maravilloso aconteció sobre la vida de todos aquellos que estaban reunidos en ese lugar. Me llama mucho la atención, que la primera manifestación son las lenguas repartidas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. El fuego es un símbolo del Espíritu Santo que hace referencia a la acción limpiadora y purificadora, consumiendo toda la escoria: orgullo, altivez, rebeldía, necedad, autosuficiencia, dureza de corazón; y todo aquello que no nos deja vivir la vida abundante que Jesús vino a darnos.

El sobrenatural suceso continúa cuando todos son llenos del Espíritu Santo y comienzan a hablar en otras lenguas. Esto también tiene un significado muy especial, pues el Espíritu Santo desciende para llenar todo vacío, para suplir toda necesidad, para abundar en medio de la escasez. Sólo necesita corazones que se hayan despojado de sus esquemas, de sus dudas y egoísmos. Pero como si fuera poco, todos los que estaban reunidos fueron llenos de un poder y un denuedo especial que los hizo valientes para hablar palabras de vida que conmovieron profundamente los corazones de quienes los escuchaban, redarguyéndolos y llevándolos a creer en Jesucristo como Señor y Salvador de sus vidas.

El Espíritu Santo les dio una rara autoridad, que hacía que la gente se agolpara para escucharlos. ¡Ya no eran los mismos! Habían sido transformados en hombres nuevos que vivían ahora para un propósito claro, trascendental y eterno: Sembrar a Cristo en el corazón de cada ser humano sobre la tierra.

¿Anhela usted también experimentar todo el poder de lo alto?

HABLEMOS CON DIOS

“Padre bueno, gracias porque recibir a Cristo en mi corazón, me hace partícipe de esta maravillosa promesa. Que fruto de mi obediencia, mi oración y mi unidad perfecta contigo, viva un verdadero Pentecostés cada día”

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Te consideras admirador o seguidor de JESUS?

Creer para vivir
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)

PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Pedro 1:17-21, Isaías 12:2-6

No existe una manera más sublime y profunda en que Dios pueda manifestar su amor a la humanidad, sino a través de la Salvación. La obra de Cristo en la cruz constituye la más grande garantía del amor que Dios tiene por los seres humanos.

De la misma manera, el ser portadores de ese mensaje de salvación, se constituye también en la mayor muestra de amor que los hombres y las mujeres pueden tener hacia Dios y hacia los demás.

Existen muchas personas cuya relación con Dios ha quedado limitada a un formalismo, ritual o ceremonia, y su corazón, reducido a un duro témpano de hielo, tan frío que se ha congelado el entusiasmo por contar las hermosas experiencias de vida y de poder, que Dios produce en nuestro ser. Sin embargo, Jesús nos invita a ser anunciadores del ministerio de la reconciliación, para que los seres humanos tengan la oportunidad de reencontrarse con Él y disfrutar de su amor y la nueva vida que les ofrece.

Es Dios mismo quien como Padre se deleita y se goza en actuar en nosotros y a través de nosotros. Su estrategia es que cada uno de aquellos que reciben su mensaje, se convierta en discípulo de Cristo y acepte el reto de volverse formador de discípulos. Para esto, nos da su Santo Espíritu quien nos impregna de convencimiento, entusiasmo y motivación.

El Espíritu Santo nos habilita dándonos poder, denuedo y dinámica por ver su gloria en la tierra donde nos ha puesto. Ahora bien, este mandato fue dado a todo hijo de Dios. No es para unos pocos. Después de conocer a Cristo, es nuestra responsabilidad ser sus testigos hasta lo último de la tierra.

La mies sigue siendo mucha y los obreros siguen siendo pocos. Hoy le invito a aceptar el desafío de dedicarse a los negocios y a la obra del Señor. Estoy convencida, por 45 años de servicio a Dios, que es la mejor decisión, pues mientras más nos ocupamos de sus asuntos, Él más se encarga de los nuestros.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, gracias por apartarme como tu instrumento para extender tu reino en la tierra, para cambiar la historia de mi nación. Dame tu poder para testificar con mi vida, con mis palabras, con mis actos, con mi corazón, Amén”.

sábado, 3 de diciembre de 2011

¿Consideras que si sometemos todas la cosas a Dios seremos siempre victoriosos?

Nuestra segura victoria
“El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación !cómo se goza!” (Salmos 21:1)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 21:1-13

Ninguna persona en sus fuerzas, con sus medios podrá lograr la felicidad, más el hombre que coloca su confianza en Dios, alcanza su bendición, la que enriquece y no añade tristeza con ella. El mejor ejemplo lo encontramos en el rey David, quien confió su vida a Dios.

Sin duda alguna, la alegría que se percibe en este cántico de David, es la manifestación de la respuesta a su clamor, pues aunque siempre tuvo que enfrentar enemigos y peligros, nunca perdió su fe, y nunca dejó de encomendarle su vida a Dios.

Siempre tuvo por seguro que su Dios era quien lo defendía, y le daba las victorias. Cuando la Palabra de Dios dice que “era David conforme al corazón de Dios”, está resaltando justamente esa complacencia del Padre con su hijo. David no era un hombre perfecto, pero sí tenía en su ser interior la actitud y disposición de agradar a Dios en todo, y por más duras y fuertes que eran sus luchas, nunca dejó de buscarlo, todo se lo consultaba, y nunca salía a enfrentar las batallas sin asegurarse de que Dios estaba con él. Además, sabía darle el reconocimiento a Dios y siempre cultivó un corazón agradecido.

El salmo 21, es un canto de alegría por las victorias obtenidas. Es el reconocimiento de un pasado y un presente que han sido guardados por la mano soberana de un Dios de bondad, y la proyección hacia un futuro libre de todo temor e incertidumbre.

Cada día debemos celebrar el poder de nuestro Dios, que nos salvó y reconocer que Él es el único que nos garantiza las victorias duraderas y verdaderas. Todos podemos declarar por medio de Cristo: “Antes, en todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

Cultivemos la actitud agradecida de este valiente rey, su disposición para agradar a Dios, y así también nosotros seremos correspondidos con su respaldo, cuidado y bendición.

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre Celestial, me acerco a Ti para suplicarte que cada día me sustentes. Reconozco que sólo tu amor y tu poder me llevan a la segura victoria en todas las áreas de mi vida. Permíteme celebrar cada día que Tú estás conmigo, Amén.”

jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Crees que la oración puede traer milagros a tu familia?

La oración trae milagros a la familia
«Aprendan a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios». (1 Timoteo 5:4).

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 18:18-20; 1 Tesalonicenses 3:11-4:12

La oración no es un ritual, es una relación muy especial, en donde los dos participantes intervienen de una manera dinámica. Esto quiere decir que Dios, no es indiferente a nuestras oraciones. Usted no se imagina, cuánta reacción en el cielo puede producir un clamor suyo, y sobre todo, cuando se refiere a su familia, pues, Dios es el autor y diseñador de ella, y el principal interesado en que se cumpla el propósito para el que fue creada.

Para ver milagros a través de la oración, debemos tener una mente abierta al cambio; permitir que la Palabra de Dios renueve nuestro entendimiento; de esta manera, aceptaremos los planes y las instrucciones que Dios nos comunica (Hebreos 10:7).

Antes de que Dios cambia nuestra familia, debemos permitirle que primero nos renueve a nosotros, para que luego, se produzca el milagro que esperamos ver en el interior de nuestros hogares. Cuando Dios se propone realizar un cambio en nuestra vida, la señal de progreso es su intervención en todas las áreas, creando como resultado, crecimiento espiritual.

Sin embargo, para muchos, los cambios son molestos, producen ansiedad y temor, a tal punto que preferirían seguir como siempre han estado, y como consecuencia de esto, nada especial sucede.

Todos los hijos de Dios, aunque poseemos principios constantes, estamos llamados a vivir en progreso permanente, ya que debemos sustituir nuestra naturaleza humana, llena de ataduras, debilidades y heridas, por la naturaleza divina del Señor, que nos limpia, nos hace nuevas criaturas, y nos llena del poder del Espíritu Santo. En la medida en que este proceso se dé en nuestra vida, se hará extensivo a nuestra familia.

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre bueno, cuántas gracias te doy por el privilegio que me das de tener una familia, entiendo que es un regalo que Tú me haces, por ello te pido que me enseñes a orar por los míos, a lograr unidad familiar a través de los tiempos de oración, intercediendo los unos por los otros. Hoy te ruego me llenes de tu Santo Espíritu; porque así podré ser de gran bendición para mi familia. Amén”